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LAS CALLES DE VILLA DEL PRADO

SANTA RITA, calle de

SANTA RITA, calle de (de la C. del Generalísimo a la C. de la Rosa)
Denominaciones anteriores: Travesía de la Rosa

Calle de antigua formación, que hacía frontera con el campo cuando el caserío del casco antiguo llegaba solamente hasta aquí. Está formada por algunas casas de tipo tradicional alternadas con algunas de moderna construcción. En la década de 1990 se le puso a ésta calle su actual nombre.
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Santa Rita tiene cierta devoción en Villa del Prado y desde hace bastantes décadas existe en la iglesia parroquial del pueblo una imagen de la Santa. Nació Santa Rita en Casía (Italia) en 1381. Sus padres, Antonio Mancini y Amata Ferri eran conocidos en su pueblo como "Los Pacificadores", pues se les llamaba siempre que había una pelea para que pusiesen paz. Cuando Santa Rita era un bebé sucedía un raro hecho que consistía en que unas misteriosas abejas se posaban en su boca sin asustarla y la echaban miel en los labios. En una ocasión un campesino lo vio y corrió a espantar a las abejas con su brazo enfermo, y al echarlas de la boca de la niña de repente se curó el brazo. Al hacerse mayor, Rita se casó y tuvo dos hijos, pero durante más de una década fue maltratada por su marido. Cuando éste falleció, Rita decidió ser monja Agustina y al principio no la dejaron ingresar, pero tuvo una visión y fue transportada por el aire hasta dentro del monasterio, sin que nadie pudiese explicar cómo había llegado allí. Ingresó en el convento y allí pasó el resto de su vida, apareciendo un día en su cuerpo unas marcas de estigmas, una de las cuales le salió en la frente. Falleció en 1457 y la herida de la frente le desapareció, apareciendo de repente en su lugar una mancha roja que despedía una fragancia a flores. Como su cuerpo olía a flores y no se descomponía, se le dejó en una urna de cristal en donde todavía hoy se venera en Italia. Santa Rita tenía el don milagroso de cultivar rosas en invierno. 200 años después de su muerte, comenzaron a aparecer unas misteriosas abejas en la iglesia del monasterio, que sólo salían en Semana Santa y después se volvían a esconder justo el día de Santa Rita, 22 de Mayo. El Papa mandó examinar en Roma una de éstas abejas y se la ató un hilo en una pata. Posteriormente ésa abeja fue descubierta de nuevo en el monasterio, situado a demasiada distancia como para ser un hecho explicable. Santa Rita fue canonizada en 1900 y hoy en día sigue atrayendo a miles de peregrinos que acuden a su tumba a pedir su intercesión.

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