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LAS CALLES DE VILLA DEL PRADO

CERRO (Calle del)

CERRO (Calle del) (de la C. de la Estrella a la Avda. de Juan Carlos I)
Denominaciones anteriores: Calle del Teniente Carlos Pesceto

Calle de trazado antiguo, compuesta en su mayoría por viviendas tradicionales de una planta y sobrado o de dos plantas, sin mucha altura. Se conjugan en ella bastantes casas de adobe tradicionales con otras de más reciente construcción. Recibe éste nombre por ser la vía que conducía al camino vecinal de Pelayos de la Presa, que sube por los altos y escarpados cerros del norte del pueblo. Éste ha sido siempre su nombre tradicional. Tras la guerra Civil de 1936 se dedicó ésta calle al Teniente Carlos Pesceto, y en 1998 se la volvió a denominar con su antiguo nombre.

En uno de sus números intermedios, correspondiente a una casa antigua, existían en su patio unas tinajas enterradas en el suelo, las cuales dejaban ver solo su boca, a modo de pocillos. Éstas tinajas según explicó en 1928 la dueña de la casa a su hijo; eran nada menos que escondrijos para meter enseres valiosos durante la invasión francesa del año 1808, para que si las tropas invasoras registraban la casa, no encontrasen ésos objetos.
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El Teniente Carlos Pesceto nació en Villa del Prado en 1918. Carlos Pesceto Sampedro era hijo del popular boticario D. Luis Pesceto, que tenía su farmacia en la Calle de la Sangre. Carlos fue un brillante estudiante en su niñez y juventud e inició los estudios de Medicina, cuando le sorprendió la guerra civil de 1936. Alistado en el bando Nacional, partió a luchar al frente de Extremadura donde falleció por heridas de guerra en Badajoz, en Enero de 1939. Cuando la noticia de su muerte llegó a Villa del Prado, causó consternación la desaparición de éste gallardo, culto y simpático joven. Su desconsolado padre alquiló con enormes dificultades un automóvil hasta el lejano pueblo donde se encontraba el cuerpo de su hijo y se trajo el féretro amarrado a dicho coche hasta Villa del Prado, donde desde entonces descansa glorificando la tierra de su camposanto. Tras la muerte de D. Luis en los años 60, el cual nunca se recuperó de la pérdida de su hijo, el legado de la familia Pesceto fue donado en parte a la Parroquia de Villa del Prado. Los amigos de Carlos Pesceto que quedan, ya con más de 80 años, son los únicos que hoy en día recuerdan aún la simpatía y valor de éste joven pradeño, las partidas a las cartas que jugaban en el pueblo siendo adolescentes y las conversaciones de aquellos tiempos. Conocida fue también su generosidad en el frente de la guerra, donde Carlos Pesceto recibía comida que le enviaba su padre, y Carlos la repartía abundantemente entre sus compañeros. Tras la guerra, el ayuntamiento del pueblo decidió dedicar la calle del Cerro al Teniente, pero en 1998 ésta recuperó su nombre primitivo, por lo cual sería bueno que se volviese a dedicar una calle del pueblo al Teniente Carlos Pesceto, aunque fuese una calle nueva, de las modernas urbanizaciones que se construyen actualmente, pues éste joven no se merece el olvido

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