MÉNTRIDA, calle de
(de la Pza. de Francisco Calés a la Avda. del Hospital)
Ésta calle se halla formada sobre el primer tramo del antiguo camino vecinal que conduce a la localidad toledana de Méntrida; de hecho, al finalizar la calle prosigue hoy en día el camino atravesando el campo hasta llegar a su fin.
En la antigüedad, éste camino partía de la misma encrucijada donde salían los caminos de Escalona y La Torre, es decir, el lugar donde hoy está la Plaza de Francisco Calés. Los primeros edificios que se comenzaron a construír en ésta actual calle de Méntrida, datan de finales del siglo XIX y comienzos del XX y su urbanización es paralela a la época de construcción de la estación del tren. Se formó en éste lugar una especie de pequeño "barrio industrial" formado por la estación y sus instalaciones, algunas viviendas y la bodega de José Espada, la cual aún se mantiene hoy en pie, aunque en estado ruinoso. Junto a ella se construyó un pequeño hostal para servicio de viajeros, el cual se hizo con muros de adobe, siendo derruido hacia 1990, aunque dejó de prestar servicio muchas décadas antes. En éste hostal se hallaba hasta sus últimos días una inscripción pintada con Almazarrón que decía: "Parador Nuevo de J. Reguilón". A mediados del siglo XX, las únicas construcciones de ésta calle eran las anteriormente citadas más una vivienda con jardín y bodega; y más adelante, la cooperativa del vino, siendo lo demás campos de cultivo y tierras de labor.
Hoy en día, la calle de Méntrida se halla en su inicio bordeada por el Parque de la Estación o "Parque de Abajo", también algunas modernas viviendas adosadas construídas sobre el solar del antiguo Parador y más adelante a un lado la reciente Residencia de Mayores y a otro lado, un callejón antiguo con viviendas de tipo tradicional construídas hacia 1950 detrás de la bodega de Espada, la cual se está derrumbando lentamente en nuestros dias. Prosigue la calle formada con modernas viviendas con jardín y tapias de chalets hasta cruzarse con la carretera del Hospital, prosiguiendo desde éste punto el camino de Méntrida, que llega hasta el río y tras vadearlo, llega hasta la localidad toledana.
***
Méntrida es uno de los más populares pueblos vecinos de Villa del Prado. Desde muy antiguo ha existido gran relación entre ambas localidades, y su historia transcurre casi paralela a ambos lados del río Alberche, siendo ambos pueblos hijos del Castillo de Alamín. También en Méntrida hubo asentamientos romanos cerca del río, en la dehesa de Berciana, al igual que en la Vega de Villa del Prado. La Iglesia parroquial de Méntrida es de bellas proporciones; con una hermosa torre, y contiene en su interior un órgano que fue construido por el mismo fabricante que el de Villa del Prado, en el siglo XVIII, y que actualmente también está restaurado. Otro aspecto común de ambos pueblos es su dedicación al vino, existiendo en Méntrida curiosas cuevas antiguas para guardar vino, cuya entrada está al aire libre. Pero si hay algo muy significativo que comparte Méntrida con Villa del Prado es su devoción por la Virgen de la Poveda. Todos los años, desde hace muchos siglos, los mentridanos y mentridanas vienen a La Poveda a acompañarnos y sumarse a las fiestas en honor de la Virgen, existiendo documentos muy antiguos que ya hablan de ésta veneración por parte de Méntrida en tiempos muy remotos. La persona que desee conocer bien a Méntrida tampoco debe faltar a sus fiestas de San Marcos, en las que se producen las danzas folklóricas de los "Danzantes y Sargentos", de gran riqueza y colorido para el folklore castellano.
Ésta calle se halla formada sobre el primer tramo del antiguo camino vecinal que conduce a la localidad toledana de Méntrida; de hecho, al finalizar la calle prosigue hoy en día el camino atravesando el campo hasta llegar a su fin.
En la antigüedad, éste camino partía de la misma encrucijada donde salían los caminos de Escalona y La Torre, es decir, el lugar donde hoy está la Plaza de Francisco Calés. Los primeros edificios que se comenzaron a construír en ésta actual calle de Méntrida, datan de finales del siglo XIX y comienzos del XX y su urbanización es paralela a la época de construcción de la estación del tren. Se formó en éste lugar una especie de pequeño "barrio industrial" formado por la estación y sus instalaciones, algunas viviendas y la bodega de José Espada, la cual aún se mantiene hoy en pie, aunque en estado ruinoso. Junto a ella se construyó un pequeño hostal para servicio de viajeros, el cual se hizo con muros de adobe, siendo derruido hacia 1990, aunque dejó de prestar servicio muchas décadas antes. En éste hostal se hallaba hasta sus últimos días una inscripción pintada con Almazarrón que decía: "Parador Nuevo de J. Reguilón". A mediados del siglo XX, las únicas construcciones de ésta calle eran las anteriormente citadas más una vivienda con jardín y bodega; y más adelante, la cooperativa del vino, siendo lo demás campos de cultivo y tierras de labor.
Hoy en día, la calle de Méntrida se halla en su inicio bordeada por el Parque de la Estación o "Parque de Abajo", también algunas modernas viviendas adosadas construídas sobre el solar del antiguo Parador y más adelante a un lado la reciente Residencia de Mayores y a otro lado, un callejón antiguo con viviendas de tipo tradicional construídas hacia 1950 detrás de la bodega de Espada, la cual se está derrumbando lentamente en nuestros dias. Prosigue la calle formada con modernas viviendas con jardín y tapias de chalets hasta cruzarse con la carretera del Hospital, prosiguiendo desde éste punto el camino de Méntrida, que llega hasta el río y tras vadearlo, llega hasta la localidad toledana.
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Méntrida es uno de los más populares pueblos vecinos de Villa del Prado. Desde muy antiguo ha existido gran relación entre ambas localidades, y su historia transcurre casi paralela a ambos lados del río Alberche, siendo ambos pueblos hijos del Castillo de Alamín. También en Méntrida hubo asentamientos romanos cerca del río, en la dehesa de Berciana, al igual que en la Vega de Villa del Prado. La Iglesia parroquial de Méntrida es de bellas proporciones; con una hermosa torre, y contiene en su interior un órgano que fue construido por el mismo fabricante que el de Villa del Prado, en el siglo XVIII, y que actualmente también está restaurado. Otro aspecto común de ambos pueblos es su dedicación al vino, existiendo en Méntrida curiosas cuevas antiguas para guardar vino, cuya entrada está al aire libre. Pero si hay algo muy significativo que comparte Méntrida con Villa del Prado es su devoción por la Virgen de la Poveda. Todos los años, desde hace muchos siglos, los mentridanos y mentridanas vienen a La Poveda a acompañarnos y sumarse a las fiestas en honor de la Virgen, existiendo documentos muy antiguos que ya hablan de ésta veneración por parte de Méntrida en tiempos muy remotos. La persona que desee conocer bien a Méntrida tampoco debe faltar a sus fiestas de San Marcos, en las que se producen las danzas folklóricas de los "Danzantes y Sargentos", de gran riqueza y colorido para el folklore castellano.
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